La vida organizacional ha sufrido profundas transformaciones, sin embargo algo que permanece con sus matices de evolución es la gente y dentro del mundo de la gente, el rol del líder desde mi perspectiva, siempre será preponderante para el logro de los objetivos organizacionales, por su capacidad suprema de servir e inspirar a otros.

De tal modo, no siempre las organizaciones progresan al mismo ritmo que los seres humanos que las habitan, lo que muchas veces trae conflictos estructurales. Es allí, donde debemos analizar a la organización, no sólo desde sus números también desde su esencia. El alma de las empresas la conforman sus colaboradores.

La felicidad organizacional: Es un término que cada día más empieza a sonar dentro del ámbito organizacional, tal vez algunos lo ven con ojos de rareza, pero sin duda todo el mundo lo determina con muchas especulaciones y curiosidad.

Por ello soy una convencida que la felicidad es una decisión, sin embargo la humanización de las empresas, la mirada noble no solo en el  hacer sino en el  ser, demuestra con data dura el impacto sobre la productividad. Nuevamente en este punto el rol de un líder, es determinante para lograr conexión con los miembros de su equipo.

A raíz de esto, existen estudios que indican que una persona feliz es capaz de contagiar a seis personas de forma inmediata, lo mismo ocurre a la inversa.

Sin ser líder o no quien no entienda que vivimos en un sistema interconectado, donde todo afecta de manera directa o indirecta al ecosistema donde vivimos, cae en un grave error.

Un líder feliz genera un ambiente de buena vibra que facilita los procesos creativos y productivos, además de fortalecer el compromiso, agradecimiento y buen ambiente laboral

– CONVIÉRTETE EN UN LÍDER FELIZ-

Enfoque de un verdadero líder

El foco de un líder siempre debe ser el potenciamiento de su gente y el entendimiento consciente de  que su estado de ánimo afecta al equipo directamente. Adicionalmente un líder debe conocer a cada miembro del equipo para determinar claramente sus motivaciones, activadores, factores que los estresan, preocupaciones, aspectos fundamentales de su realidad  personal, sin invadirlos.

Muchos llamados líderes de manera errada, buscan su posicionamiento y respeto a través del poder,  hostigamiento, humillación y exposición del ser humano, nada más contrario a  un verdadero líder y menos a un líder feliz.

  • Comparto con ustedes, desde mi experiencia profesional quien es un líder feliz:
  • Su comunicación es transparente, bilateral y sin agresividad.
  • Jamás minimiza, ofende o se aprovecha de la necesidad individual de algún miembro del equipo, para desmerecer su contribución.
  • Hace brillar a su gente, a través de la disciplina, la exigencia pero sobre todo el acercamiento.
  • Construye puentes de diversa índole, para el logro de los objetivos y para la satisfacción individual y del equipo.
  • Es mentor indefinido.
  • Su nivel de escucha es activa.
  • Confía en los miembros de su equipo, inclusive en momentos tensos y ante criterios profesionales diferentes.
  • Reconoce sus errores y sabe pedir disculpas.
  • Reconoce los logros de su gente y se siente orgulloso.
  • Sabe cómo generar sonrisas y él sabe sonreír de manera genuina.
  • Apoya de manera incondicional al equipo, generando espíritu de tribu (en lo personal y en lo laboral).
  • Cuida su bienestar integral: cuerpo, mente y alma e invita a su equipo a que lo haga.
  • Aprende constantemente.
  • Genera ciclos de reinvención constante.
  • Es humano.

Por lo tanto una persona feliz por ADN debería ser un líder feliz, de esa gente que irradia luz, con la que provoca trabajar, dar la milla extra y acompañarlo en los retos al infinito y más allá.

Patricia Sánchez

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