Una situación increíble como la que estamos viviendo con COVID 19, te hace reflexionar acerca de la poca preparación con la que contamos para confrontar verdaderas crisis y paralelamente nos hace internalizar lo vulnerables que somos. Sin duda, COVID 19 nos demuestra que el final las fronteras no existen… (COVID-19) las traspasó.
Literalmente se paró el mundo, nuestra tierra está enferma, tal vez nos dió muchas señales pero no quisimos escuchar por estar inmersos en otro ritmo y vivir en otra frecuencia.
Hoy estamos en el ojo del huracán y manejando mucha incertidumbre, entendiendo una vez más que pensamos tener el control y la energía suprema nos demuestra que no, hoy nos toca tener más fe que nunca, confiar, llenarnos de energía interna positiva, hacer lo que corresponde de manera responsable y con valentía permitir que fluya la vida y que con cada intención y acción diaria podamos reencontrarnos en un abrazo mundial, donde sin duda y reservas seamos mejores seres humanos, logremos expandirnos, toquemos el corazón de otros, se fortalezcan nuestras ganas, se agigante nuestra emoción, el sentido de la vida se intensifique y ayudar al prójimo sea un placer, donde el ego termine de caer para que reine el amor, el verdadero amor.
Debemos realizar un trabajo diario a nivel emocional para que esta situación, no nos consuma, nos desgaste y nos haga hacer y decir barbaridades. Es un momento de pausa que implica lo que he denominado las 4R: reinvención, rediseño, reestructuración y reseteo por duro que parezca, es una oportunidad.
La convivencia en casa se vuelve retadora, al menos a mí me pasa, pierdo la paciencia más fácil de lo habitual, no logro coordinar puntos de encuentro con mis hijas por las diferentes percepciones, pero lo intento cada día, tal vez con más acciones y más silencios que con palabras.
He hecho cosas que nunca había hecho como ver todo lo que mi mamá se preocupa por mantener limpia la casa, la intención de mi papá de ayudar con los pedidos, he tenido reuniones virtuales con más frecuencia que nunca y ayer con dos grandes compañeros y amigos, decidimos hacer resumen de la semana laboral y tomarnos unos vinos, que terminaron en Karaoke y todo de manera virtual, hay distanciamiento presencial no emocional. Hoy me conecté con mis sobrinos por video llamada, algo que nunca había hecho y he hablado más que nunca con familia y amigos que viven en el exterior.
Con disciplina hago mis meditaciones y agradecimientos, estos últimos nos conectan con lo que si hay y esto nos mantiene con el foco en lo positivo y el optimismo.
Tal vez COVID-19 algún día lo veamos como un aliado que vino a mostrarnos lo que no quisimos ver.
El mundo no volverá a ser el mismo y probablemente mucho de nosotros tampoco, solo aquellos que efectivamente quieren evolucionar en todos los roles de sus vidas y teniendo claro su propósito sentirán lo estruendoso pero lo maravilloso de esta freno obligado, para agarrar fuerzas y consciencia.
También reflexiono, que es importante utilizar este tiempo para invertirlo en ideas para accionar en este momento y una vez superada la situación para recuperar la economía, en este sentido comparto con ustedes preguntas de interés:
- ¿Qué podemos aportar?
- ¿A quién podemos ayudar?
- ¿Qué ideas creativas podemos accionar?
- ¿Qué productos o servicios brindar y brindaré que generen valor agregado?
- ¿Cómo armo la estrategia?
- ¿Qué formaciones puedo hacer en este tiempo para adquirir nuevas habilidades?
- ¿Cómo identifico oportunidades?
Considero que hay mucho por hacer, sentir, reflexionar y avanzar.
Como dice un gran amigo m@bolles, tal vez hoy nos sintamos empacados al vacío pero es la única forma de superar esta situación. Aprovecha el tiempo. Quédate en tu casa, lávate las manos porque la buena nota de la vida eres tú.
Comentarios recientes